La moda es una disciplina que existe desde tiempos inmemoriales. Es una de esas cosas que parece haber estado siempre presente en las sociedades civilizadas porque, para nosotros, ¿cómo sería posible haber vivido en sociedad sin vestirnos? Y la verdad es que la moda se remonta a la época de la civilización egipcia, donde se utilizaban telas y joyas para adornar los cuerpos de los faraones, y se creaban prendas útiles para proteger la piel de los campesinos que trabajaban de sol a sol.
Explicaros toda la historia de la moda ocuparía muchísimas páginas, así que, para que tengáis unas nociones básicas, la mejor manera es hacer un breve repaso de los personajes y los estilos que han marcado cada era. En definitiva, una historia con nombres propios.
Siglo XIV
El Renacimiento italiano(capa corta y sin capucha), el birrete, el sombrero con plumas y los zapatos de punta roma y ancha. Las mujeres también llevaban sus bullones y acuchillados pero en las mangas, y su gorguera rizada, además de las faldas y sobrefaldas, jubones y corpiños, capas o mantos rozagantes y su cofia para la cabeza. A partir de la segunda mitad del siglo, la creciente importancia de la monarquía española, impone en Europa el estilo de la corte del emperador Carlos I de España, un estilo de gran sobriedad, caracterizado por el uso de colores oscuros y prendas ceñidas, sin arrugas ni pliegues y aspecto rígido, sobre todo en las mujeres en las que se impone el uso del verdugado. En el borde superior de la camisa se usa un cordón que dará lugar a la gorguera o lechuguilla.
Siglo XVII
En esta época domina la moda francesa tanto en hombres como en mujeres. Se utilizaban los calzones cortos con medias de seda, chupa y casaca que, a mediados del siglo, se vuelve más reducida y con pliegues laterales hacia atrás y mangas estrechas. Con la caída de la dinastía francesa vuelve el traje simple y se llevan calzones ajustados hasta media pierna, chaleco, corbata y casaca, faldones con cuello alto y vuelo, pelucas empolvadas y rematadas por un lazo, incluso sombreros de tres o dos picos. Después de la revolución, se deja el cabello largo y liso, sombreros de copa alta cónica o en tubo, con alas cortas y más tarde zapatos con tacón de color al que se añaden lazos o hebillas y botas altas con vueltas. La mujer viste con painers o verdugados anchos y aplastados en los dos frentes, corpiño acorsetado y escote con gasas o encajes. Polonesas, batas con cuello de encaje y manga larga. Junto con la revolución desaparece el vuelo de la falda y se imita a las vestiduras clásicas: talle alto, chaquetilla corta con manga larga, falda con pliegues, grandes escotes, chales y guantes largos.
Siglo XVIII
la clase social a la que uno pertenecía—, para convertirse en un asunto de palacio. La indumentaria de la época era muy vistosa, pero poco práctica: los vestidos podían llegar a pesar kilos, los tocados podían tener hasta un metro de altura y los corsés oprimían de tal manera las cinturas, que durante los meses de verano las damas solían desmayarse.
Era la época del lujo, del exceso, del despilfarro y, en la corte, todos imitaban lo que María Antonieta lucía: podríamos decir de ella que era una creadora de tendencias. Sin embargo, el esplendor de su reinado y de su vestimenta duró poco.
Siglo XIX
- Primera mitad del siglo XIX: Georges Brummell, el primer Dandi.
Hasta este momento, los hombres habían ocupado un lugar muy secundario en el juego de la moda. Las mujeres, que disponían de mucho tiempo libre al ocupar un segundo plano en la vida laboral, dedicaban su tiempo a mimarse y a gastar el dinero de los hombres en vestidos y tocados (cosa que, para ellos, resultaba perfecta pues así dejaban claro su estatus social).
- Segunda mitad del siglo XIX: Charles Frederic Worth y la alta costura.
A partir de 1857, el mundo de la moda cambia radicalmente y empieza a desarrollarse tal y como lo conocemos hoy en día. Hasta este momento los modistos se desplazaban a las casas de sus clientas para confeccionarles las prendas de ropa a medida, pero Worth decide cambiar las tornas y hacer que las clientas se desplacen a su maison para observar las colecciones que crea anualmente. Es el primero en organizar desfiles en su casa de moda, el primero en coser una etiqueta con su nombre en una prenda de ropa y el primero en entender la moda como un elemento social importantísimo.